ROBESPIERRE (1789-1794)
¡Bonjour chicos y chicas! Soy Maximilien Robespierre, pero podéis llamarme Maxi. Soy uno de los personajes más importantes de la revolución. A través de esta sesión, os contaré un poco mi historia y lo que sucedió desde 1789 hasta 1794. ¡Seguidme para que veáis la que mangué!
Nací en Arrás el 5 de mayo de 1758. Tuve una infancia muy dura, mi padre me abandonó cuando se murió mi madre, y dicen que se fue al Caribe, pero nunca me mandó una postal ni nada. Mis hermanas y yo nos fuimos a vivir con mis tías, pero cuando tenía 11 años, me fui a París a estudiar al Liceo Louis-le-Grand, donde conocí a mi "buen amigo" Danton. Aquí abajo puedes ver mi casa y mi colegio, ¿son chulos, eh?
Cuando acabé el liceo, me dieron una beca para estudiar derecho en la Escuela de Leyes de París. En 1781, cuando terminé la carrera, decidí volver a Arrás que era mucho más tranquila, ya sabéis como es la vida en las capitales, que si el metro, que si todo el rato gente... Uno no podía pasear tranquilo sin cruzarse con todo el mundo. Y encima, ¡ni el panadero te da los buenos días! Aquí podéis ver cómo era París en mis años. Como imaginaréis todavía no estaba Eurodisney.
Desde que estudié en París, comencé a conocer la Ilustración. Cuando regresé a Arrás, estaba todo el día hablando de ello, hice un montón de amigos con mis mismos ideales y quedábamos para charlar sobre ello. Mi autor favorito siempre fue Rousseau.
Así, me fui interesando cada vez más por la política, hasta que me presenté a las elecciones a los Estados Generales de abril de 1789, donde quedé quinto.
Tocaba otra vez hacer las maletas, había que volver a París donde el ambiente estaba un poquito tenso.
Miradme que porte tenía, traía a las mademoiselles loquitas perdidas, incluso casi me apunto a la île des tentations, pero al final nada porque se cobraba más de diputado.
Cuando nos reunimos por primera vez con los privilegiados el 5 de mayo, se notaba que queríamos algo distinto para Francia. Ellos únicamente querían no pagar impuestos, nosotros nos preocupábamos por la situación de toda la población. Siempre me gustó hablar en público, así que no tuve problema en hacer discursos para mostrar mi rechazo a su postura. Los días iban pasando, y acabamos reuniéndonos sólo el Tercer Estado, a la vez que la tensión aumentaba. Mientras seguíamos redactando la constitución, ya sabéis lo que paso con la destitución de Necker, pero os lo puedo resumir brevemente:
La Toma de la Bastilla se extendió como la pólvora por París y sobre todo por el campo. Las dos semanas finales de julio los campesinos comienzan a asaltar castillos, iglesias... Son las conocidas como Jornadas del "Gran Miedo", ya que la gente del campo actuó por temor a represalias de los privilegiados. La situación se comenzó a descontrolar, así que desde París tuvimos que actuar rápido para que no fuera a más... Abajo podéis ver la que se preparó en dos semanas, y vamos a ver cómo vais con la profe de francés en el mapa...
Algo muy importante que debéis recordar es que durante estas dos semanas, en las ciudades se creó la Guardia Nacional para proteger la revolución, y eligieron los colores rojo, blanco y azul, que acabarían siendo nuestra bandera actual. Para que la gente se calmara, ella noche del 4 al 5 de agosto, abolimos los derechos señoriales y el diezmo, y a finales del mes, en la Asamblea Nacional aprobamos la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Si pinchas sobre la imagen podrás acceder al documento.
Desde que entré en los Estados Generales, me uní al club de "Los amigos de la Constitución", y luego pasamos a llamarnos los jacobinos, de centroizquierda, que a veces nos juntábamos con los sans-culottes de izquierda porque teníamos cosas en común. Para que os hagáis una idea, mi grupo era el PSOE y los sans-culottes eran Podemos. A la derecha, estaban los girondinos, con los que solíamos discutir bastante en las sesiones de la Asamblea Nacional. En el mapa podéis ver los clubes jacobinos.
En octubre ocurriría algo muy importante. Las mujeres del barrio de San Antonio guiadas por el general Lafayette asaltan Versalles, capturan al rey y a su familia y les retienen en el Palacio de las Tullerías. Esto hizo que los franceses se dividieran, debido a que Luis XVI seguía siendo muy popular, y es el momento en el que empezamos a distinguir entre revolucionarios y contrarrevolucionarios. Además, las potencias europeas se solidarizan con el rey y empiezan a valorar si intervenir.
Las cosas en los dos años siguientes estuvieron tranquilas después de lo que habíamos visto todos. La revolución seguía y yo poco a poco iba convirtiéndome en uno de los líderes políticos. Desde la Asamblea Nacional íbamos aplicando reformas y perfilando leyes, hasta que en 1791, aprobamos la Constitución, que incluía aspectos como la soberanía nacional o la separación de poderes.
También este año, Olympia de Gouges escribió la Declaración Universal de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, una reivindicación muy necesaria. Aunque me gustó mucho su obra, os adelanto que al final la guillotinamos en 1793 porque me debía 10 assignats y tampoco estaba yo como para regalar dinero por ahí.
Como podéis notar, las mujeres fueron muy importantes para la revolución. Aquí abajo, si pinchas en su imagen, podrás leer la obra de Olympia de Gouges.
Bueno, creo que os he contado suficiente por hoy, estoy un poco cansado y tengo hambre, así que me voy a comer una bullabesa y a dormir. Mañana os sigo contando que a partir de aquí ya si que se lía bastante y tengo que estar fresco para contároslo. Os dejo una foto mía de 1790 antes de irme.
Á demain mes amis!
Bueno, ya estoy de vuelta. ¡Sigamos con la historia!
Tras un tiempo de calma, todo volvió otra vez al revuelo. De repente, Luis XVI y su familia escapan de su reclusión el 20 de junio de 1791, pero al día siguiente la Guardia Nacional les atrapó en Varennes y les devolvió a París donde fueron nuevamente encarcelados todos. Mi grupo y yo sabíamos de la importancia de la figura del rey, pero a partir de este momento, me volví un fiel defensor de la República. Debajo tenéis una imagen de cuando fueron atrapados.
Si el rey no hubiera intentado huir, probablemente no le hubiera pasado nada. Nunca quisimos hacerle daño, pero a partir de su intento de fuga y aviso a las otras potencias absolutistas, lo entendimos como una amenaza y a partir de ese momento, nosotros ya no planteábamos seguir siendo una monarquía, pero otros grupos sí. Es por esto por lo que poco a poco nos fuimos juntando más con los cordelliers, que estaban dirigidos por Marat y Danton. Mientras tanto, Austria y Prusia nos declararon la guerra, de lo que no íbamos a salir hasta mucho tiempo después. Abajo podéis ver a Marat a la izquierda y a Danton a la derecha.
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Desde que el rey fue atrapado en Varennes, el ambiente se volvió mucho más tenso. Los imperios europeos amenazaban con la invasión, como fue el Manifiesto Brunswick, que decía que teníamos que volver a la monarquía absolutista. Esto llevó a las masas populares a asaltar el Palacio de las Tullerías el 10 de agosto de 1792 que tomaron al rey como preso. Mientras, Danton y su grupo tomaban el Ayuntamiento de París. A partir de ese día, Francia se convirtió en una república.
Mientras, nuestra pugna con los girondinos era cada vez mayor, porque ellos defendían a Luis XVI. Cada vez estábamos más asentados en el poder, y ante las constantes amenazas europeas, entendimos que el propio rey estaba en contra de la revolución, así que decidimos que el 21 de enero de 1793... Bueno abajo lo podéis ver.
Bueno, madre mía, ni nosotros mismos imaginábamos la que se iba a formar. Que si los países de Europa nos declaran la guerra, que si en la Vendée hay una guerra civil tras un levantamiento monárquico, que si los girondinos nos dicen que nos hemos pasado... Cada vez teníamos a más gente en contra y no sólo en Francia, sino también por toda Europa.
Y os preguntaréis, ¿qué pasó con María Antonieta? Si alguno pensáis que se salvaría y vengaría a Luis XVI, mon ami, estás equivocado. También la llevamos a la plaza de la Concordia el 16 de octubre de 1793 y bueno, la pasó lo mismo que al rey. La verdad es que esto a Austria no le sentó nada bien.
Llegó un punto que decidimos tomar las riendas de la Revolución por la fuerza, y dimos un golpe de estado junto a los sans-culottes para tomar el gobierno y echar a los girondinos que llevaban un tiempo tocando bastante las narices con su conservadurismo.
Nos hicimos cargo de los tribunales revolucionarios y yo del Comité de Salud Pública que perseguía a los contrarrevolucionarios, situándome así como el líder de la revolución y comenzando la etapa del Terror.
A ver, que sé que me lo vais a decir, que me pasé con la represión y que veía contrarrevolucionarios por todos los lados. Y tenéis razón, pero entended que el ambiente estaba muy tenso desde que una mujer girondina mató a mi amigo Marat cuando tomamos el poder. Eso vuelve loco a cualquiera creo yo, pero bueno.
Después de que Marat muriera el 13 de julio de 1793, comenzamos a reprimir a todos los grupos contrarios a nosotros. Seguro que conocéis este cuadro, ¡incluso en Los Simpsons lo han recreado!
Dicen que nos llegamos a cargar hasta 10.000 personas. Pf, como sea verdad a ver qué excusa pongo yo si me llaman desde la ONU. Bueno sigamos.
Como todo buen gobierno de coalición, andábamos todo el día enfrentados entre nosotros, si no era con Hébert, era con Desmoullins, y si no con Danton. Me tenían todos hasta el gorro, así que me inventé que eran contrarrevolucionarios para que se fueran a molestar a otro lado que yo ya estaba cansado.
Mandar a Danton a la guillotina no fue tan fácil como todo el mundo cree, a él le conocía desde que tenía 11 años. Me pusé a pensar, y recordé un día que me dio un balonazo en el patio del cole y ahí ya no me costó tanto arrestarlo.
Danton, si lees esto, me gustaría pedirte perdón, pero entiende que yo lo hice para salvar la revolución.
Y de repente, cuando yo era el rey del mambo, anuncié que habría una nueva purga contra los que quisieran llevarme la contraria. Pero llegaron los girondinos y me arrestaron a mí y a mis seguidores el 28 de julio de 1794 en la conocida como Reacción Termidoriana. Decían que la revolución se estaba descontrolando, pero meh, tampoco era para tanto. Ahora todo el mundo estaba en mi contra, tanto los moderados como los radicales y las masas populares, que decían que como buen político, no cumplí lo que prometí.
Ese mismo día, llegó mi fin, me llevaron a la guillotina, y pagué el haber matado a tanta gente. Es curioso que yo, que era el que mandaba matar a todos porque les veía contrarrevolucionarios, me acabaron matando por lo mismo. En fin, la hipocresía.
Y así llegamos a donde comencé esta historia, en mi final. Merci por leer atentamente sobre mi vida y sobre la revolución. Hay muchas cosas que no os he contado y que seguro que os interesan, pero vuestro profe me ha dicho que no nos daba tiempo. Si queréis saber más, os dejo aquí mi dirección, es el Cementerio de los Errancis, en París.
Por último os dejo un juego para que os ayude a recordar todo lo que os he contado.
Lo que queda de la Revolución te lo contará otra persona, que seguro que ya conoces. Clica sobre mi para encontrarte con él.
À BIENTOT MES AMIS!!!!
